En general la elección de cultivo a sembrar o plantar en la unidad de producción se da tomando en cuenta la necesidad de consumo local o bien atendiendo las condiciones de mercado, si el precio es suficiente para cubrir los costos se debe producir tal o cual cultivo.
En la mayoría de los casos, el precio sale de control del productor, sin embargo, los costos dependen exclusivamente de quien produce, ante esta realidad cabe la pregunta: ¿Conozco suficientemente cuál es la capacidad productiva de mi unidad de producción, es decir, de que capital natural dispongo para producir, lo que significa la capacidad instalada que se tiene, características agronómicas del:
–Agua (sales, nutrientes, solidos totales, entre otros)
–Atmosfera (Radiación solar, luminosidad, temperatura, precipitación pluvial, humedad relativa, intensidad y dirección del viento, presión atmosférica, entre otros)
–Suelo (Profundidad, textura, porosidad, pH, conductividad eléctrica, capacidad de intercambio catiónico, saturación de bases, contenido de materia orgánica, contenido de nutrientes, conductividad hidráulica, capacidad de retención de humedad, temperatura entre otros), y la
–Planta (nutrientes, aminoácidos, proteínas, acidas orgánicos entre otros)
Los elementos, variables e índices mencionados son determinantes de la capacidad productiva natural que se tiene en la unidad de producción, de su adecuado aprovechamiento depende el mayor o menor costo de producción, en la medida que los requerimientos del cultivo establecido se satisfagan con los recursos naturales disponibles, la inversión necesaria para adecuaciones y durante el proceso productivo será menor, por lo tanto el costo por tonelada y los riesgos disminuirán y por el contrario los rendimientos, utilidad y calidad del producto serán mayores, logrando así disminuir la adoración a El Dios llamado precio de mercado
Actualmente es posible conocer todos los elementos, variables e índices por medio de análisis en laboratorio o
bien mediciones en sitio.
Los avances de las tecnologías digitales, de información y comunicación hacen posible, de manera muy rápida, conocer la capacidad productiva de la unidad de producción, lo que permite orientar su uso a lo que sea más ventajoso desde el punto de vista económico y ambiental, y no solo eso, sino da la alternativa de ahorrar recursos durante el proceso productivo y mejorar rendimientos dado que las prácticas e insumos a utilizar se sustentan y son acordes al comportamiento de los recursos naturales.
El conocimiento de los elementos, variables e índices de agua, atmosfera, suelo, y planta, sumado a los conocimientos científicos y tecnológicos y sobre todo a la comunicación entre productores, técnico, científicos, académicos y proveedores, darían un cambio a la manera de hacer hoy la agricultura que, en general, es reactiva y de emergencia a una de precisión, reflexiva, preventiva y regenerativa denominada: Agricultura Cognitiva.
En esta Agricultura Cognitiva el centro de atención es la unidad de producción.
Salvador Miguel Trejo Luna Herrejón
Maestro en ciencias agricolas.
Correo: miguel@agronorman.com
Movil: 333-477-15-68
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